1 Opening
3 Slow Waltz
4 First Words
5 Whisper
6 Chords
7 A Non Accented Legato
8 Snow Falls
9 Legato
10 Slow Waltz And Ending
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Algo llevado por el viento -Sobre Three voices de Morton Feldman
Una parte considerable de la obra de Morton Feldman está atravesada por cierto ritual fúnebre o tiene la forma de una dedicatoria póstuma. Three voices, escrita en 1982 para la soprano Joan La Barbara, es de alguna manera una evocación de dos amigos desaparecidos: el pintor Philip Guston y el poeta Frank O'Hara. Three voices es una obra para soprano y dos parlantes a cada lado (una parte en vivo, más dos partes grabadas), o bien para tres sopranos, como también ha sido registrada y presentada. Pero esta segunda versión rinde menos justicia a la filosofía de la pieza, que efectivamente está inspirada en el aspecto lapidario de los parlantes. En la imagen original de Feldman, las lápidas parlantes son los muertos (Guston y O'Hara), que intercambian con el mundo de los vivos (La Barbara).
En ese intercambio se teje la trama de la obra. Los parlantes a izquierda y derecha de la soprano dan a la obra una forma antifonal; el contenido fúnebre del canto antifonal ya había sido explorado por Feldman en los coros de Rothko Chapel, de 1971, un réquiem abstracto a la memoria de otro pintor amigo. Las fuentes de Three voices están separadas en tres puntos, aunque hablan una lengua relativamente convergente. Hay un juego de identidad característico de la música de Feldman. Las voces son tímbricamente similares: la voz de la soprano está tratada de manera transparente, y esa voz purísima sale por los parlantes sin la menor distorsión. Las voces de los vivos y los muertos son iguales, aunque llegan a la superficie defasadas. La convergencia no es completa. A veces la música transcurre con el aspecto de un unísono imperfecto, como una línea que pisa los talones de la otra. Es una escritura de alturas y ritmos muy precisos, que dan una sensación de inestabilidad y corrimiento y que al mismo tiempo presentan un fuerte agrupamiento por compás: pueden ser distintos compases superpuestos, pero eventualmente puede haber también una coincidencia en un franco tiempo de vals lento, por ejemplo, como en las partes 3 y 10.
Frank O'Hara no sólo está presente bajo la forma de parlante. Three voices retoma el mismo poema que Feldman había usado en unas canciones de 1962, The O'Hara Songs. El poema es "Wind", y está dedicado al compositor. El tratamiento del poema en ambas piezas conserva un lazo significativo: la idea de que la canción no es una traducción o una encarnación acabada del texto. Las tres O'Hara Songs son variaciones sobre el mismo texto; las tres para voz de barítono, con diferentes acompañamientos instrumentales. Si la primera y la tercera recorren el poema completo, la segunda, más breve, queda detenida en las primeras líneas del poema: "Who'd have thought / that snow falls", que Feldman inscribe y reitera cinco veces en un mimético motivo de seis notas, una por palabra, en la misma dirección descendente indicada en el poema.
Esa segunda canción es el punto de partida de Three voices, que también está basada en esas dos primeras líneas. No se trata de una "interpretación" del poema sino, antes, de una mirada parcial, de una perspectiva. Pero la obra toma esas líneas de O'Hara sólo hacia la mitad de la pieza, como si simplemente pasara a través de ellas; Feldman toma y deja el texto dentro de la amplia vocalización que recorre la totalidad de la obra. Son muchas las figuras melódicas y armónicas que el músico crea con esas líneas, aunque siempre retiene algo de la cadencia original. Sobre el final de la pieza, las palabras de O'Hara se columpian cómodamente en un motivo diatónico de seis notas. La transparencia es vocal y es lingüística. No hay aquí nada que recuerde los experimentos verbales de la escuela francesa o italiana de posguerra; Feldman se mantiene lejos de trivialidades polisémicas e inventarios técnicos, y aún es posible que las palabras de Three voices hayan realizado un aspecto del poema, en el sentido de algo efectivamente suspendido, llevado por el viento; algo que se pone a dar unas vueltas por el aire sin dejar de ser en ningún momento lo que es o sin sacrificar su entonación.
FEDERICO MONJEAU, en Las ranas -artes ensayo y traducción; Año II, N°2, abril de 2006
Seguir el link para leer lo que cuenta Joan La Barbara sobre el origen de la obra.
ufff!
ResponderEliminareste es un discazo
=)